La firma de una hipoteca con los bancos tiene, por lo general, un seguro vinculado que no es obligatorio, pero que los bancos se lo suelen colar al cliente. No son obligatorios, pero lo parecen.
Con frecuencia en una primera entrevista los bancos ofrecen un interés hipotecario al cliente condicionado a la contratación de dos seguros, vida y hogar. Estos seguros no son obligatorios y si el cliente pregunta por su obligatoriedad legal, los bancos están obligados a informar de que son optativos, pero no suscribirlos –advierten- conlleva un incremento en el interés.
Las entidades bancarias son empresas privadas y por lo tanto pueden hacerlo porque eligen libremente las condiciones a las que prestan su dinero.
Esta táctica está reconocida y aceptada por todos, también por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones del Ministerio de Economía que reconoce que ‘las entidades de crédito muy frecuentemente supeditan la concesión del préstamo a la contratación de un seguro de daños o, con carácter más general, de un seguro multirriesgo del hogar’. La banca tiene el poder de intermediación y el poder de conceder créditos, tiene la facilidad de conocer mejor a su cliente y, frente a todo esto, corredores y mediadores juegan es desventaja.
Les podemos recomendar una solución que, sin ser milagrosa, puede dar resultado en determinados casos. Se trataría de aceptar los seguros que le ofrece el banco para firmar la hipoteca, abonarlos durante un año y, pasado este periodo, negociar con las aseguradoras para suscribir pólizas más económicas y con mejores servicios. Los bancos, en este caso, suelen contraatacar subiendo el diferencial y por ello, antes de dar el paso, conviene informarse bien y hacer números.
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