La cantante Madonna ha interpuesto una demanda contra la junta de propietarios del edificio ‘One West’ situado en la calle 64 de Nueva York -donde se encuentran sus dos apartamentos en la ciudad- por no haber permitido a su personal doméstico y a sus hijos Lourdes (19), Rocco (16), David (11) y Mercy (10) acceder al edificio durante aquellos momentos en los que ella está ausente, rompiendo así un acuerdo tácito que, como apunta la intérprete en la declaración que ha facilitado a un tribunal de Manhattan, llevaba en vigor desde que se mudara al bloque hace 12 años.

«En ese momento [cuando compró el primero de los pisos] era, y sigo siendo, una artista reconocida a nivel mundial. Los responsables del ‘One West’ sabían o deberían saber que viajo constantemente y tengo residencias en otras partes del mundo. Pero ese es el edificio al que yo llamo mi casa, en el que guardo algunas de mis posesiones más preciadas y propiedades como obras de arte, cuadros, esculturas y muebles de gran valor», reza el texto al que ha tenido acceso el diario The New York Post, en el que Madonna no deja lugar a dudas sobre el hecho de que su residencia neoyorquina siempre ha ejercido como su principal centro de operaciones.

«Quiero poder llevar una vida doméstica normal con mis hijos y empleados domésticos», sentencia la ambición rubia en el mismo documento.Según el mismo medio, el equipo legal de la reina del pop estaría ultimando ya su estrategia para ganar la batalla judicial que ha emprendido contra sus vecinos, fundamentando su reclamación en la actual ley de la vivienda que, en Nueva York, garantiza el derecho de un inquilino a utilizar su domicilio para el disfrute de sus familiares más cercanos, un eventual compañero de piso y los hijos de este o esta; además de en la ya mencionada falta de objeción a que los vástagos de la artista lo ocuparan mientras ella se encontraba fuera.

«La junta de propietarios del ‘One West’ nunca había presentado queja alguna sobre el estilo de vida de la demandante, de la naturaleza de su profesión o de la frecuencia de sus viajes desde que adquirió el primero de sus apartamentos. Además, la regla que ahora tratan de aplicar es ridícula e imposible de seguir por cualquier familia, y menos aún por la de la demandante, ya que está desplazándose constantemente por el mundo», argumentan sus abogados por escrito. Fuente: telemetro.com

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