La codicia es el pecado capital que explica por qué muchos ciudadanos, en lugar de ganarse la vida honestamente, prefieren dedicarse a la delincuencia. Pero ese afán desmedido por enriquecerse aprovechándose de los demás constituye también su perdición. Porque si no se entienden casos como el de un ‘próspero productor’ de droga de la comarca del Arlanza, quien no contento con dirigir un negocio a todas luces ilícito pretendía ahorrarse costes ‘robando’ la electricidad a sus vecinos. Hasta que éstos se dieron cuenta del fraude, pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil y el traficante ha sido detenido. Y solo por ahorrarse unos euros de la factura de Iberdrola.
Los agentes del Puesto de Lerma comenzaron la investigación el pasado mes de marzo, después de que una comunidad de propietarios de una urbanización de una localidad de la comarca denunciara un posible caso de defraudación del fluido eléctrico. Se personaron en el bloque de viviendas origen de las sospechas e intentaron localizar algún tipo de enganche ilegal o ‘puenteado’ al suministro eléctrico comunitario. Inspeccionaron planta por planta y no obtuvieron ningún resultado.
Pero al llegar a la parte superior del edificio, donde se ubican los trasteros, los efectivos de la Benemérita detectaron un fuerte olor a marihuana. Todo empezaba a encajar entonces. Del interior de una de esas dependencias, desprovistas de enchufes, se escuchaba un ruido producido por aparatos eléctricos, característico de un ventilador o una bomba de aire.
De modo que la investigación tomaba otro cariz y los agentes sometieron a la vivienda, durante dos días y dos noches, a vigilancias discretas. Su esfuerzo dio sus frutos, ya que fue localizado e identificado el joven que residía en uno de los pisos, a la vez propietario del trastero. Se trata de V.L.R., de 24 años de edad.
Con mandamiento judicial la GuardiaCivil efectuó un registro en el desván y halló en su interior un pequeño invernadero con cinco plantas de marihuana que estaban siendo cultivadas y acondicionadas, tras lo cual fueron aprehendidas. Una vez secas y pesadas arrojaron un peso de 350 gramos.
Asimismo fueron intervenidos útiles como una bomba de calor, dos ventiladores, un medidor de temperatura y otro de humedad, una lámpara de luz, una regleta eléctrica, ocho metros de tubo de ventilación, un temporizador y un radiador. Cuatro botes de fertilizante y un saco de tierra sustrato de cultivo completaban el material para el crecimiento de las plantas.
Durante el registro se localizó un sistema de cableado que permitía obtener de manera fraudulenta la electricidad necesaria para mantener en funcionamiento los aparatos eléctricos intervenidos, mediante un ‘puenteado’ a la red comunitaria. Este era el motivo del elevado consumo según constaba en las facturas expedidas por la compañía suministradora. V.L.R., presente durante el registro, fue detenido como presunto autor de un delito de defraudación de fluido eléctrico y adicionalmente por uno de tráfico de drogas. El juzgado de Lerma dirige la investigación.
Fuente: diariodeburgos.es
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