Entre las 120 familias que forman la comunidad Batalla de la Albuera de Cerro Gordo, una de las últimas que se han vendido, cuesta encontrar consenso y acuerdo. Lo dice por experiencia Almudena Lázaro. Es residente desde hace poco más de dos años en uno de los tres bloques de 40 pisos que forman la urbanización.

Las viviendas las ha vendido en los dos últimos años la inmobiliaria de una entidad bancaria. Los primeros pisos a poco más de 100.000 y los últimos a 80.000. Pero en la breve historia de esta finca con amplias zonas verdes entre los bloques hay un elemento de unión: la piscina, y un enemigo en común: la constructora.

Desde el pasado verano y hasta finales de 2014, los 120 propietarios tienen que pagar 69 euros de comunidad para satisfacer una deuda con Aqualia de 39.000 euros.

Según Raoul Navarro, el administrador de fincas que lleva los asuntos de la Batalla de la Albuera, se generaron tres facturas desorbitadas (una de 25.000 euros más otras dos de 7.000) por un mal funcionamiento del vaso de compensación.

Los vecinos lo achacan a la mala conexión del aljibe que nutre la piscina, porque no detectaba que se había llenado y seguía vertiendo. También sufrieron el reventón de una tubería instalada bajo la tierra que provocó otra pérdida continua. Raoul y los propietarios creen que se trata de un fallo de construcción, porque la piscina no se utilizó y ya estaba dando problemas.

Una de sus primeras tareas como administrador fue ponerse en contacto con Aqualia para negociar el pago fraccionado y comprometerse la comunidad a satisfacer los 39.000 euros en año y medio. El coste supone doblar el pago de la cuota de comunidad a cada propietario. Almudena Lázaro recuerda que pasaron de poco más de 30 euros a casi 70. Cada vecino va a tener que pagar 325 euros a la compañía de agua.

Unánime

Con las deudas comprometidas, en los bloques creen que quien debe responder ante Aqualia es la constructora por la instalación defectuosa que hicieron entre el vaso de la piscina y el aljibe. En la junta vecinal del paso mes de octubre, llegaron al acuerdo unánime, por primera vez desde que se mudaron, de llevar a la constructora a los tribunales.

El administrador cuenta que desde octubre se ha dedicado a recopilar documentación, consultar peritos y contratar a un abogado. El viernes, o a más tardar el lunes de la próxima semana, presentarán la denuncia en el juzgado número dos de Badajoz. El problema de la piscina es el más costoso, pero en la demanda también incluye otros desperfectos que han detectado en la finca. «Los problemas empezaron desde el momento cero», resume Raoul Navarro. Recuerda, por ejemplo, los desprendimientos que se han detectado en las fachadas y las humedades en varios pisos .

En estos días revisa varios presupuestos, pero la decisión no parece sencilla porque la obra, aunque no es de mucho tiempo, supone el montaje y el desmontaje de un andamio o de una grúa. El gestor de la comunidad cree que estos problemas se deben a un fallo estructural del edificio porque no se han revestido de mallazo, aunque, según explica, un perito de la Junta de Extremadura que revisó la obra al poco tiempo contradice esta versión. En total, piscina, humedad y fachadas en la comunidad van a costar a los propietarios más de 60.000 euros. Estos reclamaran a los responsables de la obra esta cantidad.

Las demandas, explica Navarro, las dirigirán a Joca como constructora y Jocainmo como promotora. Ambas empresas formaban parte del grupo de construcción Katry, aunque Joca fue vendida posteriormente y es propiedad de otros dueños distintos.

FUENTE: HOY.ES

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