Segregar una vivienda es algo especialmente atractivo en las grandes ciudades, donde el alquiler proporciona una rentabilidad elevada
Si se tiene la suerte de tener una casa generosa en metros cuadrados, dividirla para crear dos apartamentos más pequeños y completamente independientes puede ser una idea fantástica. No obstante, hay que tener algunas consideraciones en cuenta. En pisos.com te damos las claves:
1. Superficie mínima: antes de ponerte manos a la obra, debes consultar la normativa correspondiente. Existen leyes estatales, autonómicas, e incluso municipales, que estipulan criterios de habitabilidad tales como, por ejemplo, los metros cuadrados mínimos con los que debe contar una vivienda. Además, para iniciar una obra de estas características es necesario contar con una autorización administrativa.
2. Comunidad de vecinos: si se trata de un piso en un edificio en altura, no puedes pasar por alto la Ley de Propiedad Horizontal, que exige el acuerdo de las 3/5 partes de los propietarios siempre y cuando la posibilidad de segregar no esté recogida en los estatutos. Por otra parte, al convertirse el antiguo inmueble en dos, se produce una redistribución de las cuotas vecinales, cuyo porcentaje irá en función de las superficies de estas nuevas viviendas.
3. Licencia de obra mayor: esta clase de reforma exige que un arquitecto realice un proyecto de ejecución que cumpla con el Código Técnico de la Edificación, o sea una entrada independiente para cada vivienda, aislamiento térmico y acústico entre las mismas, etc. Dicho proyecto, junto con otra documentación que incluya los planos alzados del antes y el después, así como el presupuesto, debe ser visado por el ayuntamiento para conseguir la licencia de obra mayor.
4. Detalles del proyecto: en función de la tipología del inmueble, se procederá de una forma u otra, la más idónea según el caso. Por ejemplo, en una vivienda unifamiliar, la división generalmente es horizontal, dejando un piso independiente por planta; o bien vertical, en la que se crean dos chalets pareados. Tras la segregación y la visita de los técnicos municipales, se conseguirá la licencia de primera ocupación para que cada vivienda pueda tener su propio suministro de luz, agua y gas.
5. Escritura y registro: al obtener dos viviendas diferentes, hay que pasar de forma obligatoria por el notario para obtener escrituras públicas independientes. Después, hay que acudir al Registro de la Propiedad que corresponda para hacer dos inscripciones. Ambas tareas están sujetas al pago de impuestos, y aunque representan un coste adicional, es fundamental cumplir con ello. Si el día de mañana se quiere vender uno de los pisos y el comprador necesita una hipoteca, es imprescindible que cualquiera de las unidades resultantes de la segregación esté correctamente inscrita.
Fuente: abc.es
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